El Proyecto de Dios y Juan: Dios es la realidad absoluta del proceso existencial consciente de si mismo hacia la que evoluciona el ser humano

Luego de la experiencia participada en el libro 1 Qué le Sucedió a Juan?, y del proceso de interpretaciones ofrecido en el libro 2, El Regreso a la Armonía, faltaba otro encuentro particular con Dios. En la noche del 30 de Abril de 2002 tuvo lugar mi interacción "abierta" consciente con Dios, con la Unidad Existencial, el universo, el cosmos... ¡con el proceso ORIGEN del proceso SER HUMANO!, con la Fuente de Todo Lo Que Es, de Todo Lo Que Existe en nuestro dominio material temporal y fuera de él. Por toda la noche estuve interactuando con la estructura de Consciencia Universal, con la consciencia del proceso existencial que tiene lugar en el manto energético universal espacio-tiempo sobre el que se distribuye y sustenta Todo Lo Que Es, Todo Lo Que Existe. Estuve recibiendo información desde el futuro, y también fui mostrado las interpretaciones de las mismas orientaciones eternas que se recibieron en el pasado y fueron culturalmente distorsionadas en gran parte. La información recibida fue determinante para orientar más adelante mi proceso racional para llegar a entender y describir a un Dios mucho más coherente y consistente que las versiones racionales y aproximaciones que de Él prevalecen hasta el presente en nuestra civilización, en el modelo de asociación de la especie humana en nuestro planeta. De esta interacción tuve las orientaciones que faltaban para resolver las inquietudes racionales más grandes de la especie humana, científica una, Estructura de la Unidad Existencial y el mecanismo por el que se expresa su eternidad, Unidad de la que nuestro universo es un entorno temporal que alcanzamos desde la Tierra; y teológica la otra, Estructura de la Santa Trinidad de Dios, que la Cristiandad reconoce como Espíritu de Vida, Padre e Hijo, siendo Padre e Hijo dos dimensiones de la Consciencia Universal. El Proyecto de Dios consiste en compartir, no solo estas soluciones sino el reconocimiento de Dios y el establecimiento de la interacción consciente con Él.