EL VIAJE MODERNO LLEGA A SU FINAL. Hacia el orden global de la dispersin

"Un ecosistema emergente a partir de 1989, ms ganado para el relativismo y la disgregacin global de las voluntades se impone, imponiendo la prostitucin del significado cierto de las palabras que facilitan la comunicacin entre todos los habitantes del planeta y su manipulacin, tanto como para darle visos de veracidad a la mentira que correr a borbotones por sobre las autopistas de la informacin", afirma con propiedad Asdrbal Aguiar en su obra El Viaje Moderno llega a su final.

Para su tarea Asdrbal viene bien munido de armas y valores. Catlico de slido fundamento, jurista de alto nivel, poltico que ha ocupado los ms altos niveles del gobierno de su amada Venezuela es en el mbito iberoamericano uno de los ms altos exponentes de los valores occidentales. Su abundante produccin literaria muestra un elegante manejo de nuestro idioma, una mente afilada para el anlisis y una cultura humanstica de excepcin. Alienta su obra un bienvenido y refrescante sentido holstico de consideracin de los problemas del ser humano. Espritu y materia, entorno geopoltico y visin filosfica de la libertad por fin son abarcadas en su totalidad brindando frutos positivos a la peripecia del hombre aqu y ahora, "hic et nunc" como se nos ense. (Luis Alberto Lacalle H., expresidente del Uruguay).

En algunos de sus prrafos, reza as el libro de Aguiar: "Llega, ahora s, el gobierno de la robtica, el de la Inteligencia Artificial, la denominada Cuarta Revolucin Industrial. Hace ejercicios, crea algoritmos, incluso promete sustituir a los jue-ces y sus sentencias. Se nos vuelven sombras las verdades conocidas y las que emergen, imponindose, son hijas de lo virtual, amigas del voluntarismo y el azar, e igualmente marcan la distancia social al buscar transformarnos en usuarios o dgitos, dispersos o agregados en nichos segn convenga, dentro de un entramado de redes digitales cuya gobernanza corresponde ya a las grandes plataformas. A la vez, la Naturaleza resucita y sus pulmones se oxigenan en la misma medida en que los hombres han vuelto a sus cuevas. Ese es el comentario que se escucha tras los muros vaticanos. La Tierra Madre nos acoger en lo adelante y en la medida en que aceptemos que somos parte suya e hijas de su vientre; nada distintos del Hermano Sol o la Hermana Luna o los rboles y los ros o las magnificencias de las nubes y las montaas que se hacen presentes a nuestra vista. De suyo, en ella habremos de metabolizarnos antes de regresar a la tierra y volvernos polvo, aceptando la heteronoma de sus leyes inmanentes."