Influencia (Influence)

Los ríos no beben su propia agua. Las flores no esparcen sus fragancias para sí mismas y ni siquiera el sol brilla para sí mismo, así que vivir influenciando a otros es un rasgo orgánico de la creación de Dios y también lo es de nuestra identidad y vocación. Dios hizo al ser humano para la influencia y al entender esta verdad debemos administrar nuestra capacidad de afectar a otras personas y nuestros entornos con sabiduría. De eso se trata este libro respondiendo preguntas como: Por qué y cómo profundizar tus relaciones más importantes?Cómo sintonizar tu voz con la de Dios para que tu vida sea un puente de su influencia? Cómo administrar las demandas de un mundo en competencia? El anhelo de influencia de cada ser humano es instintivo y seminal y en vez de ser apagado o encendido con prejuicios culturales humanos, debe ser redimido conducido con la guía del Espíritu Santo. Este deseo es un rasgo divino consecuencia de haber sido soñado a imagen y semejanza de Dios que lejos de avergonzarte debe ser santificado y multiplicado

Rivers do not drink their own water. Flowers do not spread their fragrances for themselves and not even the sun shines for itself, so living by influencing others is an organic feature of God's creation and is also a feature of our identity and vocation. God made human beings for influence and in understanding this truth we must manage our ability to affect other people and our environments wisely. This book is about answering questions such as: Why and how to deepen your most important relationships; how to tune your voice to God's so that your life can be a bridge to His influence; how to manage the demands of a competing world; how to manage the demands of the world; and the longing for influence in each person's life. Every human being's longing for influence is instinctual and seminal and rather than being quenched or ignited with human cultural biases, it must be redeemed through the guidance of the Holy Spirit. This desire is a divine trait, a consequence of having been dreamed in the image and likeness of God, which far from embarrassing you, should be sanctified and multiplied.