Rapsodia

Un hombre con unos cuantos años encima, escritor de oficio e inatajable propensión a la bohemia, llega a un centro clínico en el noreste de Caracas. Se internará durante breves días a fin de sufrir los rigores de diversos exámenes médicos llamados de rutina. En el vestíbulo, frente a los ascensores, se topa casualmente con una anciana dama, y al escuchar su nombre la reconoce bajo un impactante golpe de asombro y admiración. De inmediato se precipita en un torrentoso rio de reminiscencias. Se trata de Nery Russo, mujer que ha traspuesto, increíblemente, el umbral del siglo. Es Nery Russo quien envuelta en la niebla de los recuerdos, anécdotas y brillantes vivencias surge como pionera del movimiento por la igualdad de derechos para la mujer y de la prensa en Venezuela, poeta y autora de significantes obras que exaltan la épica de los caudillos libertadores vivida desde lo íntimo de la feminidad. La creadora de revistas y hacedora de textos en el fragor de la lucha diaria por la supervivencia. Así se enhebra, casi como con los hilos del azar y las agujas del destino, con su asentimiento y la intermediación de su hijo Ramón, la construcción de un texto biográfico rigurosamente ceñido a la carne y letras de sus Cuadernos. Sobre ellos ha vertido Nery Russo, integro, el cántaro de su memoria. Se alcanza así la recreación de una vida original marcada por el tesón, la disciplina e incluso el desdén o el desprecio con que merecen tratarse el ocio y la pereza.